Y qué decir cuando no quieres decir nada... Un bidón de gasolina y una caja de cerillas, así me siento... con la capacidad de perdonarme o autodestruirme y sólo depende de mi. Estoy intentando domar mis demonios, pero a veces tienen días salvajes, y yo estoy tan cansada... No volveré a ser lo de antes, no volveré nunca más, de eso estoy segura. Aún así me cuesta encontrar la paz interior, no pensar de vez en cuando ¿por qué a mi? Supongo que son cicatrices, cómo no, que te hacen no olvidar nunca el accidente, y como cicatrices que son te acompañan toda la vida. Normalmente no me regodeo en mi propia desgracia, aunque esto último suene poco poético creo que la metáfora está clara. No suelo pensar en ello, es más, presumo de la superación y de la mujer en que me he convertido, sin esas cicatrices nunca hubiese llegado a ser la fiera que soy. Una superviviente, así me llaman a veces, y así es, alguien que sobrevivió a algo que podía destruirla. A pesar de mi instinto de s...
Blog personal...esto nos ha pasado a todos.