Creo que somos poco amables con nosotros mismos.
El otro día en mitad de mi bloqueo emocional me hicieron una pregunta muy sencilla mientras yo hablaba de la cantidad de gente tóxica que ha rodeado mi vida siendo yo plenamente consciente y consentidora de ello, de la cantidad de veces que he perdonado lo imperdonable y entonces surgió el maravilloso diálogo:
- Es curioso la cantidad de veces que he pedido perdón teniendo el 20% de la culpa y la gente me ha contestado "tranquila, no pasa nada", echo de menos que alguna vez me hubiesen dicho "yo también lo siento, siento el daño que te hice".
- ¿Perdonas mucho?
- Pues sí, creo que siempre he perdonado más de lo que debo.
- Y a tí ¿qué tienes que perdonarte?
Sinceramente no sé qué clase de mella hicieron esas palabras en mí, aún no entiendo como una frase tan sencilla aún hoy en día sigue haciéndome llorar si la medito atentamente. ¿Qué tengo que perdonarme?
La reflexión que me planteó fue bastante sencilla: creo que tienes que perdonarte el no haberte tratado como te mereces, el no enfocar todo el amor que tienes dentro en quererte bien a ti.
He dicho un millón de veces que arrastro una culpa enorme, recojo hasta la culpa que no es mía, no sé porqué, quien crea en las reencarnaciones se aventurará a decir que algo me pasó en mis otras vidas que aún tengo que superar y no soy consciente de ello. Creo que no se querer, que quiero por encima de mí y eso nunca va a tener buen final. Creo que soy consentidora de actitudes que me hacen daño y perdono a gente que, siento si hago daño, pero no tienen perdón. Pienso que hay cosas que no tienen explicación y que aunque no guardo rencor como una buena amiga mía me dijo, sí que guardo dolor.
No sé cómo llamarlo, pero sí que sé la conclusión a la que me lleva esto, si pudiendo evitar un poco de mi sufrimiento, si estando en sus manos, no lo han hecho, no son merecedores de mi amor.
Lo siento, pero nunca he creido en el "quien bien te quiere te hará llorar", esta vez no, gracias.
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