Es difícil soltar, todo el mundo habla de ello: que algo haya estado mucho tiempo ahí no quiere decir que no puedas deshacerte de ello.
Sin embargo nadie te habla de la dificultad del proceso, aunque lo que está claro es que si no lo cambias lo eliges; es decir... si algo no es de tu talla, cámbialo, y esta frase es aplicable a toda tu vida.
Siempre hay algo que oprime y hay que soltarlo, una amistad, cualquier tipo de relación, trabajo, quizá para algunos sea la familia, las obligaciones.. o un exceso de disciplina, el caso es que si no sientes que te esté llevando a ser la persona que quieres ser, tienes que dejarlo ir, dejarlo pasar.
A veces nos quedamos demasiado tiempo en sitios que nos dañan, en sitios que no nos pertenecen y a los que llegamos por error y en otras ocasiones por desconocimiento.
Cuando te quedas en el lugar que no te corresponde el universo te lo hace incómodo, para que te marches. Admito que soy del tipo de personas que tarda en aprender la lección, pero la vida me devuelve siempre a mi camino, y al final estoy aprendiendo a vibrar con lo que viene y, por supuesto, con lo que se va.
Estoy intentando soltar los últimos hilos que me atan a mi vida pasada, esos que me aprietan, y al ir aflojándolos siento alivio, el mismo alivio que siento al pensar que menos mal que te fuiste, porque yo nunca hubiese sido capaz, el miedo paraliza y reconozco que yo no podía ni moverme. Ya no sentía nada y seguí luchando a ver si saltaba la chispa, y hoy tengo que pedirme perdón por no irme cuando sabía que era lo que quería, por aceptar tu arrogancia, egoísmo y falta de amor como si fuesen parte de mi vida.
Quizá algún día tu nombre sólo me evoque una palabra "equivocación", hoy sólo tengo el ferviente deseo de deshacerme del odio, rencor y dolor que siento cuando pienso en ti, y esperar que como siempre el tiempo convierta esta historia en un dulce olvido, de los recuerdos ya me he encargado yo.
No era mejor malo conocido que todo lo que me queda por vivir.
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