Cuando llegas al límite... cuando no puedes más... me gusta pensar en los pequeños placeres de la vida... esas cosas que en realidad son chorradas, pero que hacen tu día a día más ameno. Cosas sencillas, que aunque no las apreciemos, si nos paramos a pensarlas... no podríamos ver el mundo de los mismos colores si no estuvieran...podría poner mil ejemplos:
- Una bañera de agua caliente.
- Una botella de vino con tu chico/a.
- Andar descalza cuando te quitas los tacones.
- Quitarte la coleta y un masaje en la cabeza.
- Las sábanas frías en verano.
- Un café con los amigos/as.
- Un abrazo.
En este momento, me gustaría, me encantaría... que hubiera alguien que me dijera que no pasa nada, que todo va a salir bien, y que me diera uno de esos abrazos, que como ya he dicho, aunque parezca una chorrada, le daría un color diferente a mi día.
Algún día cambiarán los colores.
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