Ayer hablé con ellas
creo que no sé por dónde empezar...Ayer hablé con ellas, son las mismas de siempre. Una es natural e impetuosa, otra lógica, justa y sarcástica, y la otra sensata y sensible. Las tres tienen un corazón enorme, son buenas, y eso es mucho decir de alguien, y yo me sentí como en casa...
Quería decirles tantas cosas... y sólo pude decirles que lo sentía. Quería decirles que las he echado de menos, que me he acordado mucho de ellas, que he vivido tanto con las tres...que estaba perdida, que no sabía dar marcha atrás, y que aun sabiendo que ya es tarde para hacerlo en mí vive la esperanza de recuperarlas, de alguna forma extraña, aunque no como antes, porque eso implica que yo fuese la que no quiero volver a ser.
Y sí, quería decirles tantas cosas... y sin embargo no fui capaz ni de abrazarlas. Quería saber de ellas, de sus vidas, que estaban bien, que me contasen, pero había demasiadas cosas pendientes y la conversación se basó en un pasado al que ni yo puedo darle explicación. Sé que me entendieron sólo a medias, y que les hubiese gustado que yo tuviese la respuesta para todo, pero no la tengo, somos más en esta historia. Quizá para comprenderlo tendrían que ser la misma que yo fui en esa circunstancia, y actualmente ni siquiera yo soy ella.
Sólo espero que aún con sus vidas echas se alegrasen de verme, que quizá igual que el destino quiso ayer que compartiésemos habitación, quizá en un futuro quiera que compartamos momentos, quizá incluso vida, siempre he sido una soñadora.... Y aunque sé que el tiempo ha pasado para todas, como ya he dicho, son las mismas de siempre, las que fueron mías y yo suya, porque siempre pensaré que antes de perderme fui su amiga, su amiga de principios de valores que ellas saben, su amiga de verdad, de cada una de ellas.
Ojalá supieran de verdad cuanto lo siento, siento el daño ocasionado, siento su pérdida, siento que no están, y las siento tan lejos...
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