Hoy es un día raro, y cómo no, en los días raros explotan las mejores entradas. No sé si son mis hormonas, la sobredosis de estrógeno o la falta de testosterona, pero estoy especialmente blanda. Estoy empezando a mirarme con ojos amables y dejar de ser tan dura conmigo misma, los diamantes se forman bajo altas presiones, pero creo que ya estoy lo suficientemente pulida y puedo permitirme relajarme en mi vitrina.
No puedo aspirar constantemente a ser la mejor en todo, la mejor para quien? Lo peor es que la mejor para mí, y para mí nunca es suficiente, siempre puedo ser más lista, más guapa, más fuerte, más disciplinada, más delgada, o era más gorda? A veces pierdo el norte... ya basta, soy perfecta.
Últimamente me levanto mirándome de otra forma, estoy intentando ver mis puntos fuertes, lo que realmente mi cuerpo me permite hacer, y además... siendo realistas... he estado comparándome con gente que o han pagado para tener los atributos que tienen o son mucho más jóvenes que yo, pero a nadie va a extrañarle ya que intente sabotearme a mí misma.
Pero esta nueva táctica no está nada mal, y a mi cerebro lo tengo tan entretenido intentando entender el giro de los acontecimientos que me está dando una tregua en eso de tratarme mal. Con un poco de suerte para cuando se de cuenta estaremos tan habituadas a querernos que será la nueva tónica en nuestra vida.
Me sienta bien estar un poco más relajada, me sienta bien creer en mi propio proceso, ya que el proceso depende de las circunstancias y solo yo puedo entender las mías. Como dije hace poco "lo hago lo mejor que puedo, lo hago lo mejor que sé", y con eso es suficiente. No importa cómo lo hagan los demás, el concepto de mejor y peor es tan personal como el de bien y mal, según quien cuente la historia el malo es el lobo o caperucita.
Y aunque ahora mirarme al espejo y que me guste lo que soy cuesta 6 días por semana, estoy segura de que con un poco de amor y algo de sangre fría llegará el día en que brille por encima de todo este caos que viene siendo mi vida, porque si en la adversidad crecen las cosas más hermosas... voy a ser el diamante más jodidamente bonito del mundo.
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